viernes, 29 de diciembre de 2017

LA LÍNEA

La fina línea se dibujó en el ancho cielo  de la media noche. Estrellas y cometas parecían girar en torno a ella. No era una galaxia, ni siquiera una nebulosa, tampoco un arcoíris  que, por extrañas razones, se hubiera enderezado, aunque sus colores estaban ausentes.

La línea, por momentos de fuego, por momentos de sombra, por momentos etérea y en otros sutil y espuria, permaneció visible el tiempo que dura un parpadeo de hombre mirando al cielo. Cuando se hubo desvanecido por completo, abajo, en el profundo abismo de todas las incógnitas, unos seres, llamados humanos,  le ofrecían estruendosas bengalas.

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